Rodén (Zaragoza)

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Si el viajero aficionado por la historia hace referencia a un pueblo en ruinas desolado por la crueldad de la Guerra Civil, le viene al recuerdo Belchite. Un museo al aire libre de los destrozos que dejaron los bombardeos aéreos. Pero en la provincia de Zaragoza existe otro pequeño pueblo viejo que fue abandonado y no reconstruido tras el horror de la contienda. Es Rodén, perteneciente a Fuentes de Ebro.

Apenas le separan 27 kilómetros de Belchite, pero conserva muchas similitudes: casas desvencijadas y torres derruidas que cayeron bajo el fragor de las bombas en los albores de la Guerra Civil. Sin embargo, Rodén no ha resultado ser tan protagonista en los libros de historia como su pariente geográfico.


En los inicios de la Guerra, Rodén fue escenario de varios episodios bélicos, de trascendencia histórica, como el transcurrir de los acontecimientos en el frente de Belchite, en el marco de la ofensiva del Ejército Popular sobre Zaragoza. Esto supuso la destrucción del pueblo en 1937 y el éxodo masivo de la población.

Las ruinas de Rodén son testigo de un pasado con dolor.

La historia de Rodén es la de los 200 habitantes que decidieron abandonar el pueblo, por su propia seguridad, cuando la amenaza de la guerra llamó a su puerta. No se sabe muy bien en qué preciso momento Rodén quedó desierto. Pudo ser un día entre 1936 y 1937.

Cuando finalizó la guerra, se creó un pueblo nuevo en las faldas del cabezo. Apenas está poblado, y no es más que un barrio de Fuentes de Ebro. Parece una acrópolis en medio del páramo. Rodén es, junto a Belchite y otras tres poblaciones más (Corbera de Ebro en Tarragona, Montarrón y Gajanejos en Guadalajara) las únicas arrasadas en la contienda que no se reconstruyeron en su emplazamiento original.

No queda muy claro lo que sucedió en Rodén. Si resultó bombardeada por aviones, arrasada por la artillería o sus casas asaltadas para llevarse materiales con los que construir trincheras en el frente. Lo que sí es seguro es que sus edificios fosilizados en el tiempo conforman un paisaje que ha sido declarado Bien de Interés Cultural.

Rodén resultó arrasada durante el frente de la batalla del Ebro.
El pueblo viejo de Rodén destaca por contar con elementos arquitectónicos de gran interés por su fuerte influencia islámica, como es el caso del castillo de Rodén y la iglesia de San Martín, de estilo mudéjar. La torre está construida en sillares de alabastro, una verdadera rareza en España.

Situado en la vega del río Ginel (afluente del Ebro), antes de la guerra Rodén tenía Ayuntamiento, escuela, comercios, molinos harineros y de aceite. La agricultura era su punto fuerte basada en el cultivo de trigo, cebada, avena, viñas, olivos y patatas.

Fuente: lugaresconhistoria.com