Castillo de Ayud de Calatayud (Zaragoza)

Calatayud Z AR

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El castillo es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad y es una muestra impresionante de la arquitectura defensiva medieval.

Además, la ubicación del castillo en la cima de una colina proporciona unas vistas espectaculares de la ciudad y los alrededores. El castillo también cuenta con una torre del homenaje, una iglesia y un patio de armas.

Hay visitas guiadas disponibles que te llevarán a través de los diferentes niveles del castillo, y aprenderás sobre la rica historia de la fortaleza y su papel en la defensa de la ciudad.

En resumen, si te gusta la historia, la arquitectura medieval y las vistas panorámicas, el Castillo de Ayud es definitivamente un lugar que no debes perderte en tu visita a Calatayud.

El Castillo está abierto al público todos los días, con horarios de visita que varían según la temporada. Es recomendable consultar los horarios antes de planear tu visita. Además, hay visitas guiadas disponibles que te llevarán a través de los diferentes niveles del castillo, y podrás aprender sobre la historia y la arquitectura de la fortaleza.

El precio de la entrada es muy asequible y hay descuentos para estudiantes y personas mayores. También hay opciones de entradas combinadas si deseas visitar otros lugares turísticos de la ciudad.


HISTORIA

El Castillo de Ayud tiene una larga historia que se remonta a la época musulmana de España en el siglo XI. La fortaleza original fue construida por los musulmanes en una ubicación estratégica para controlar el paso del río Jalón y proteger la ciudad de Calatayud.

En el siglo XII, el rey Alfonso I de Aragón conquistó la ciudad y el castillo, y lo convirtió en una fortaleza cristiana. Durante los siglos siguientes, el castillo cambió de manos varias veces durante las guerras y conflictos entre los reinos cristianos y musulmanes de España.

En el siglo XV, el castillo fue reconstruido y ampliado bajo el reinado de Juan II de Aragón y Navarra. La fortaleza se convirtió en una residencia real, y varios reyes de Aragón utilizaron el castillo como residencia de verano.

Durante las guerras napoleónicas en el siglo XIX, el castillo fue utilizado como prisión, y posteriormente, fue abandonado y quedó en ruinas. A principios del siglo XX, el castillo fue restaurado y se abrió al público como monumento histórico y turístico.