Belchite Viejo es un lugar histórico y conmovedor que muestra los vestigios de la devastación causada por la Guerra Civil Española. Aquí tienes algunos puntos de interés y su historia relacionada:

Iglesia de San Martín: Esta iglesia es el edificio más icónico y emblemático de Belchite Viejo. Fue construida en el siglo XVII y sufrió graves daños durante los combates de la Guerra Civil. La iglesia y su campanario parcialmente destruido se mantienen como un símbolo de las trágicas consecuencias de la guerra.

Plaza Mayor: En la Plaza Mayor, encontrarás los restos de lo que alguna vez fue el corazón de la vida comunitaria en Belchite Viejo. Los edificios circundantes, muchos de los cuales están en ruinas, eran testigos de la vida cotidiana de los habitantes antes de la guerra.

Calle Mayor: Recorrer las antiguas calles de Belchite Viejo te permitirá imaginar cómo era la vida en esta ciudad antes de la Guerra Civil. Los edificios parcialmente derruidos cuentan la historia de la devastación.

Hospital Viejo: El Hospital Viejo es otro de los edificios que se pueden visitar en Belchite Viejo. Aquí se pueden observar los restos de lo que una vez fue un centro de atención médica, que también sufrió los estragos de la guerra.

Casas en ruinas: A medida que caminas por Belchite Viejo, encontrarás numerosas casas en ruinas que dan testimonio de los horrores de la guerra y la destrucción que sufrió la ciudad.

Historia de Belchite Viejo:
Belchite fue el escenario de una de las batallas más feroces durante la Guerra Civil Española. En agosto de 1937, las fuerzas republicanas y las fuerzas franquistas lucharon encarnizadamente por el control de la ciudad. Tras semanas de combates intensos, el ejército franquista tomó la ciudad, y Belchite quedó en ruinas.

En lugar de reconstruir la ciudad devastada, el régimen franquista decidió construir una nueva Belchite unos kilómetros al oeste, que hoy en día es conocida como Belchite Nuevo. Mientras tanto, Belchite Viejo quedó abandonado y en ruinas, como un testimonio silencioso de los horrores de la guerra.

Hoy en día, Belchite Viejo es un sitio de memoria histórica y un lugar de peregrinación para aquellos que desean conocer y recordar los trágicos acontecimientos de la Guerra Civil Española. La visita a Belchite Viejo es una experiencia conmovedora que permite reflexionar sobre los terribles costos de la guerra y la importancia de mantener viva la memoria histórica.

Para visitar Belchite Viejo, puedes hacerlo mediante una visita guiada organizada por la Asociación de Amigos de Belchite Viejo, la cual cuenta con la autorización necesaria para realizar visitas turísticas en el pueblo. Las visitas se realizan todos los días, con horarios de mañana y tarde, y tienen una duración de aproximadamente 2 horas. (Compra aquí tu entrada)

Las visitas guiadas incluyen un recorrido por los lugares más emblemáticos del pueblo, como la iglesia, el ayuntamiento, el mercado, las casas en ruinas y los restos de la fortificación. Además, durante la visita, el guía te explicará la historia del pueblo y los acontecimientos que llevaron a su destrucción durante la Guerra Civil española.

Es importante destacar que, debido al estado de ruina de las edificaciones, es necesario tomar precauciones durante la visita, como no tocar los muros ni los objetos que se encuentran en el suelo. Además, se recomienda llevar calzado cómodo y protección solar, ya que la visita se realiza al aire libre.

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​Su peculiaridad arquitectónica e histórica, junto a la imagen de sus ruinas, hacen de él un escenario impactante. Por eso, no extraña que el Pueblo Viejo sea uno de los platós más demandados en Aragón a la hora de rodar. Pero no es algo nuevo. Ya a finales de los años treinta del siglo pasado se grabaron allí imágenes para algunos documentales bélicos, como Alas negras o Belchite, dirigido por Andrés Pérez Cubero. Sin embargo, fue su bombardeo en una de las escenas de la superproducción internacional Las aventuras del barón Munchausen, dirigida por el director británico y ex Monty Python Terry Gilliam, en 1988, lo que hizo que muchos cineastas pusieran sus ojos en este singular plató, que, durante unos días, acogió las interpretaciones de una niña Sarah Polley y de una jovencísima Uma Thurman.

Las ruinas del Pueblo Viejo transportan a otra época a todo aquel que posa su mirada en ellas. Así lo hizo Albert Boadella, que, en 2003, repetía con su primera película, ¡Buen viaje, excelencia!, la experiencia de rodar en Belchite (en 1995 ya había utilizado ese escenario en la serie Vaya día). La magia que sigue desprendiendo el Pueblo Viejo de Belchite se refleja también en El Laberinto de Fauno, película de fantasía, dirigida por Guillermo del Toro, con la que la estampa de Belchite viajó en 2007 hasta los Oscar, donde competía en la categoría de Mejor Película de Habla no Inglesa. La última película que ha escogido Belchite como localización de parte de sus escenas ambientadas en el frente de Aragón, en el año 1937, ha sido Incierta gloria, de Agustí Villaronga.

Ella está enfadada, del director Juanjo Giménez Peña; La mirada oblicua, de Jesús Monllao; Extranjeros de sí mismos, el documental de los directores José Luis López-Linares y Javier Rioyo; Jinetes en la tormenta (Los Mecánicos de la Naranja), de Pablo Aragüés; El otro lado, de Óscar Parra y Mario Bravo; El expediente Belchite, de Óscar Parra, o Imelda, de Kike Maíllo, son otros de los trabajos filmados entre las ruinas del pueblo viejo, que son el escenario perfecto para rodar desde películas, series o documentales, hasta reportajes o anuncios. Para el recuerdo quedará el reciente paso de Arnold Schwarzenegger por este set de rodaje para grabar el anuncio de su último videojuego el pasado mes de mayo.

Con el frío, quizás nos apetezca estar más en casa disfrutando de una buena película. Pero está claro que el cine nos ofrece otra forma de visitar Belchite. Ya estemos cerca o lejos, sin duda, siempre será un viaje de cine. 

Fuente: belchite.es

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